Ahí anda mi perro Ben,
nacido de perra y coyote,
olisqueando todo a su paso.
Es su recorrido vespertino por el patio,
solitario despidiendo el día,
al igual que temprano recibe la mañana.
Su edad de perro es comparable a la mía.
Es como un hermano para mi.
Tiene ya marcados sus movimientos,
comer, vivir la vida y venir a saludarme.
Ambos estamos en la fase final
de nuestras vidas.
