El mundo en derredor con todos sus caminos abiertos hacia todos los destinos.
Es tan amplio el repertorio que es fácil extraviarse.
A güevo tiene uno que saber para donde va.
Y es ahí donde surge el individuo con sus gustos y prioridades.
De lo contrario el extravío es seguro.
Tenemos por fuerza que tener gustos y prioridades y luchar por ellos.
De lo contrario nos espera el desierto de los propósitos y la vida sin destino, sin propósito.
La vida nos viene en su modo infinitivo,
nos toca asignarle su misión.