Va uno en vuelo a través del espacio sideral.
A bordo del planeta tierra
que es nuestra nave galáctica.
Vienen la noche, la mañana y el día con sus estaciones. Siempre lo mismo cada día.
Es increíble que recorriendo el espacio tiempo a la velocidad sumativa del planeta, el sol, la vía láctea y el universo todo,
tenga uno que aplicarse, adicionalmente, a buscar la forma de entretenerse para darle sentido personal y provecho a semejante travesía que nos deja, cada día, en un lugar perdido del espacio tiempo.
En medio de miles de millones de soles, planetas, asteroides y huecos negros.
Es incomprensible que no sea suficiente la vastedad y variedad universal, atravesada por enormes y peligrosos perdigones.
Y que tengamos que ser nosotros, cada quién, los que tenemos que darle sentido a nuestra vida en el mundo.
Me gustaría estar en todo a merced del universo, ser como un perdigón más de los que pululan en el espacio sideral.
Y no tener la reiterativa y machacona necesidad de darle sentido a mi vida.