Contento me levanto al nuevo día.
Y después de la abluciones mañaneras
y el desayuno que tanto me agrada,
voy a la hamaca a despachar el periódico
y seguidamente retomar,
la lectura de El ruido de las cosas al caer,
del colombiano Juan Gabriel Vasquez.
Me encanta estar entusiasmado
con la lectura en curso.
Es la cúspide de mi simple vida.
