El tiempo avanza continuamente.
Asi la vida también.
La quietud es ilusoria.
Todo está en movimiento.
El destino es muerte y destrucción.
Así nosotros y el universo.
Somos producto de la carrera fatal
de los espermatozoides.
Y ya en el mundo,
hay que darle sentido a la vida
para que no sea una desolación.
Vivir no es una ganga,
y aún así nos aferramos tanto.