Vive tu vida, la tuya,
no la pierdas de vista.
Síguele el rastro acucioso,
sin importar el extravío
si estás en la justa concentrado.
Se pierde por momentos,
es inevitable.
Los momentos suman
y alargan el camino.
De eso se trata.
Pero síguela como un sabueso a su presa.
Y ojalá que llegado el momento,
no vaya a ser que sea
una mínima chirbala.
