He salido de mi casa hoy viernes
por primera vez,
desde hace seis dias
que me vine a vivir a Esparza,
donde nací y viví hasta cumplir
los 16 años,
cuando se llamaba Esparta.
No lo hago conscientemente
pero voy extrañado por las calles,
como buscándome.
No me encuentro por supuesto,
ni reconozco nada de aquellos tiempos.
Ahora estoy en un restaurante chino,
en aquella misma esquina
entonces oscura y solitaria,
donde nos reuníamos a jugar escondido,
la patada al tarro y otros juegos,
entre las sombras de la noche
los adolescentes de la vecindad.
Pero todo, las casas, las calles,
el aire mismo, son distintos,
no queda nada en pie de aquellos tiempos
que pueda reconocer.
Y sucede que me pasa lo mismo en cualquier lugar.
Soy un extraño en todas partes.
Para mí mismo lo soy.
Estoy sólo, sin nadie, sin mí.
El final viene en camino.
