El destino te hala, te atrae,
te succiona
como un embudo.
Y uno pone su empeño, su voluntad,
su propia trayectoria.
Y llega donde llega,
si es que llega,
de acuerdo con el destino.
Hay que ponerle ganas
y moldear el destino.

El destino te hala, te atrae,
te succiona
como un embudo.
Y uno pone su empeño, su voluntad,
su propia trayectoria.
Y llega donde llega,
si es que llega,
de acuerdo con el destino.
Hay que ponerle ganas
y moldear el destino.