Sufro algunos problemas en mi vida, estoicamente,
porque tengo conciencia de haberme ganado esa secuela,
con mis propios actos.
Vivir cuesta y hay que pagar las consecuencias, no hay quite.
Voy por la vida recogiendo todavía,
molestas resultancias de mis actos erróneos del pasado,
cargando el peso de mis propias equivocaciones.
Y hay fardos, o cruces en la vida,
que hay que cargar hasta la muerte.
Y cuando después de tanto vivir
comprende uno,
que tiene bien ganados los males que le aquejan,
se siente como una suerte de expiación, o tal vez,
mejor dicho de resignación.
Soy un convencido de que en esta vida todo se paga,
no por razones religiosas o extraterrenas, no,
son más bien humanas, demasiado humanas, parafraseando a Nietzsche.
Uno, como los ríos que fluyen
sigue adelante,
hasta la disolución final
en el mar de la muerte,
o de la vida,
según la visión de cada quien.