Hoy es “ viernes de moda “.
Así decíamos en mis lejanos tiempos dorados de juventud.
Y en San José,
la gente salía en tropel de sus trabajos
hacia los bares y restaurantes de la ciudad,
a celebrar la tregua semanal.
Como sucede con las modas,
esa expresión, antes tan usual,
desapareció de la jerga popular.
Y hoy la gente, al igual que antes,
al final de la jornada laboral de
los viernes,
sale en tropel hacia los bares y restaurantes de la capital,
pero sin una palabra que aluda a la costumbre.
Supongo que es así por la masificación social que ha experimentado la capital,
lo que ha barrido literalmente,
el sentido comunal de la ciudad.
Hoy San José no difiere mayormente, de cualquier otra de las ciudades principales de Latinoamérica.
Es la mundialización que licúa las costumbres.
Por dicha que Costa Rica,
con las comillas del caso,
tiene todavía muchas pequeñas ciudades habitables,
con sabor e identidad,
lo que es de esperar, perdure en el tiempo,
en vista de la desaceleración del crecimiento de la población que,
dentro de 20 años, tal como van las cosas,
empezaría la cuenta regresiva,
vale decir,
serán más entonces los muerticos que los nacidos por año.
