Recuerdo el viejo San José,
la avenida central mucho antes del bulevar.
Aquellas tardes cuando el “avenidazo, como decíamos.
Iba uno saludando amigos y conocidos, de acera a acera.
Eran otros tiempos.
Todo cambia y uno también.
A mi por caso, me gusta escribir.
Y me gustaría que mis escritos fueran leídos y conocidos.
Cuanto más gente los lea, mejor.
Pero yo personalmente, como individuo,
no quisiera ser conocido
más que por los pocos amigos y conocidos que tengo.
Me gusta ser anónimo.
Una ventaja de la vida moderna.
Vivir y morir anónimo.