Hoy es 27 diciembre
y sigo sintiendo la lentitud del tiempo.
No me explico por qué,
pero cada vez que veo el calendario,
me sorprende que vaya tan lento.
Me sucede desde que que cumplí mis 80.
Y me digo entonces
que tiene que ser por la edad.
Pero ni a mi madre, ni a mi tío, ni a mis abuelos les pasaba lo mismo.
El avance del tiempo se ha lentificado para mi.
Y no atino a dar con una explicación convincente de lo que me sucede.
Seguiré adelante, no hay otra,
atento a esta sensación que me embarga,
no vaya a ser que ahora voy en reversa,
hacia la juventud y mis primeros días en el mundo.
A semejanza de las observaciones espaciales del Hubble,
que ahora medran
por los albores del Universo.
