Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Trifulcas y preocupaciones…

En esta vida tan llena de trifulcas y preocupaciones,
es entendible que el común de la gente
que llamamos pueblo,
tienda a ahogar sus penas
en el olvido, hay quienes;
y hay otros que en el alcohol y otras especies,
que es otra forma de olvido, aunque contradictoria,
porque después del efecto anestésico,
viene la resaca que aviva
la ardiente flama de las preocupaciones,
con deplorables consecuencias emocionales, cuando entonces lo mejor es volver a aplicarse la misma dosis,
para volver a olvidar,
y así volver y volver y seguir,
con los consabidos resultados del alcoholismo y la degradación.
Los otros,
los que no buscan el olvido en el alcohol, pero lo buscan,
lo encuentran en la disipación de la vida de la televisión
y tantas otras actividades de escape,
colectivas e individuales,
que ayudan a desentenderse del mundo y sus obligaciones.
No hay duda que las consecuencias de no enfrentar de modo consciente la vida,
y hacer frente a los retos
y compromisos que impone, implica nocivas consecuencias que, en resumen,
empeoran la esperanza
y las condiciones de vida,
y hacen que sea peor
el remedio que la enfermedad. En ese sentido,
es fácil caer en la comprensión
de que esta vida es un castigo, una maldición,
lo que francamente parece tener mucho sentido,
pues la única salida posible
que tiene este infierno que es la vida,
es el trabajo.
No queda más que ponerse a trabajar
para darle un sentido positivo a la vida.
Por supuesto que el volado está
en trabajar en lo que a uno le gusta,
pero si esto no es posible,
lo que es muy probable que ocurra,
quedan los “hobbyes” y entretenimientos,
para hacer de la vida
algo aceptable y llevadero.
No en vano algunos
pensadores
han hablado del absurdo
y el sin sentido de esta vida.
Y de que no hay más alternativa
que darle uno mismo
el sentido a su propia vida,
que viene sin sentido de origen.
Y ello, desde luego,
demanda esfuerzo y trabajo.
En otras palabras,
no es desde fuera,
como ilusoriamente hay quienes, ingenuamente creen,
sino desde dentro, (solo hay dentro, no hay fuera),
que se encuentra la solución.
No hay escape posible.
Cualquier evasión es peor.

!A trabajar se ha dicho carajo!