Anda uno siempre en busca de uno mismo, qué ironía.
Uno mismo que es uno mismo pero que es un desconocido
incluso, y primeramente, de uno mismo.
Me busco y me busco y no termino de encontrarme.
?Tendré que adentrarme de regreso en el vientre materno.
Y seguir vientre tras vientre hacia el origen?
Es imposible, una locura.
No hay por dónde, no es humanamente posible.
Pero es necesario que me encuentre, mejor dicho, que me dé forma, me construya,
o andaré perdido para siempre.
La solución, me parece a mi, lo he aprendido en Sartre, es tomar el barro de uno mismo y moldearlo, darle la forma que uno quiere.
Partir de la propia concepción de si mismo, sus propias ideas y principios, y darse forma.
Hay que ser honesto eso si, no engañarse a uno mismo ni engañar a los demás, y tomarse el plazo de la vida entera si es del caso, que sí lo es.
La honestidad es clave, uno frente a uno sin farsa ni tapujos.
Es mejor ese camino que tomar el equivocado de creer que ya uno está hecho, completo y terminado.
Y seguir autoengañándose y engañando a los demás.
La vida es in fieri, un proceso vivo y en continuo desarrollo.
Es una aventura fascinante vista desde la libertad, la autodeterminación.
No es un camino de flores, pero es peor vivir engañado,
hacer de la vida una farsa, un desperdicio, qué pecado.
El camino de la realización personal es el camino hacia uno mismo.
Se puede vivir engañado, mucha gente lo hace, pero es un humanicidio y se paga caro.