Esta vida es esta vida,
es un pleonasmo,
llover sobre mojado.
Yo estoy aquí a punto de mis ochenta.
Nací de padre y madre
hace ya tanto tiempo.
Y he llegado hasta este solitario instante.
Siempre viví y viví,
viviendo la vida fluidamente.
Sin cuestionamientos, creyendo que era para siempre.
Yo sabía de la muerte,
pero era la muerte de los demás.
La mía ni me la imaginaba.
Tenía alguna noción,
pero era pura astucia intelectual.
Saber lo que es saber
de verdad, no sabía,
sentía que yo era para siempre,
o simplemente no le daba vueltas al asunto.
Ahora me topo de frente con esa muralla,
o con ese insondable vacío.
Y veo que la muerte me espera a la vuelta de la esquina.
Es una gran sorpresa para mí.
Y no me queda más que hacerme a la idea.
Aceptar que la muerte viene por mí.
O que yo voy hacia ella.
La diferencia es retórica.
En el fondo es lo mismo.