Vista esta vida desde la cúspide de la vida vivida,
se alcanza a ver todo con un golpe de vista.
Pero mientras se vive,
las vicisitudes y los entreveros van marcando el paso.
No todos los momentos son iguales,
la gran mayoría pasa como si nada, inadvertida.
Y puede que dejen algunas esquirlas nebulosas en la memoria.
Así vamos por la vida atentos solamente a algunas cosas que pasan en el torrente de nuestra realidad.
El volumen y cualidad de lo vivido,
se aprecia mejor en retrospectiva.
Para muchos la vida se ha ido sin dejar rastro.
Conviene detenerse a vivir el momento.
Saborearlo con atención,
como hace un gourmet con su condumio.
De lo contrario no queda nada y al final la vida es un vacío.
Y dan ganas de volver a vivirlo todo otra vez.