!Cuántos años han pasado bulliciosos, divertidos.
La vida torrencial, festiva, inconsciente.
La vida vivida por impulso natural.
Rápido, fugaz.
Llego a mi vejez y todo cambia.
Mejor dicho,
yo cambio cuando todo sigue igual.
Cada día vivo consciente de que vivo, de mi edad
y de lo poco que falta para el fin.
Consciente de mi
y de mi vida pasajera.
En fin, que vivo mi vida diaria,
y a la vez,
me percato de que la vivo.
Y de que pronto se acabará.
Estoy sano y contento,
pero consciente de mi próxima despedida.
No ya la vida plena y vigorosa de la juventud,
sino la vida comedida y quieta de la vejez.
Viviendo y esperando.
Esperando y viviendo.