Estoy en un interregno,
mejor dicho una suspensión de mis apetencias.
Como decir en un estado neutro,
o pendejo como diría un amigo.
Ni para delante ni para atrás.
Encharcado en el vacío existencial.
Ni carpinteando, ni leyendo, ni escribiendo.
Ni siquiera vagando dentro ni fuera de mi.
No es una negación,
pues sería una afirmación a la inversa
y eso ya es algo.
Se parece más bien a la nada. Aunque esa entidad no existe en el universo,
no encuentro un término mejor para calificar mi situación ahora.
Nada de nada.