Dios aprieta pero no asfixia,
es una máxima exacta y precisa,
para nosotros
los que tenemos bienes,
que tenemos sueldos,
que tenemos recursos
para agenciarnos
la manuntención de cada día.
Y aunque a veces tarde en llegar,
la solución llega.
Para los que no tienen nada de eso,
ni bienes, ni sueldos,
ni recursos, ni nada,
Dios ni aprieta, ni asfixia, ni existe.
Simplemente se mueren de hambre
por millones cada día.