El día bosteza llegando a su fin.
Uno más que se suma
a la cuenta de mis días vividos.
Y se resta de la cuenta de los días por vivir.
Ecuación inalterable.
La tarde se oscurece gris, gradualmente.
Pronto la sombra vestirá las cosas.
Todos los días lo mismo.
Y después de mi muerte segura.
Y por los siglos de los siglos.