Clonación

Clonación

Autor: Cipriano Solís Argüello
Dios vive en el mundo
y el templo del Espíritu Santo de Dios
es el cuerpo del hombre,
y habita aquí,
en el corazón de todos nosotros,
seamos buenos o seamos malos.

Pero por lo malo que hacemos
no le permitimos a Él
que haga su función,
que es llevar la Bendición
a cada una de las personas que existen,
porque Él nos bendice a todos por igual,
seamos buenos o seamos malos.

Pero,
lo que más quiere Él
en estos momentos
es que nosotros vivamos como hermanos,
en Fraternidad, Paz y Felicidad
para ver si se vuelve a formar
el Paraíso Terrenal
que Él hizo al principio,
donde plantó al hombre.

Pero el hombre con su maldad
ha destruido todo lo que Dios ha hecho,
y con cada maldad que el hombre hace
le critica, le maltrata
y le pone aún más prisionero
de lo que ya lo tiene.

Y por otro lado
el hombre se autodestruyó,
y no solamente consumiendo drogas,
tomando licor
o matándose los unos a los otros,
sino también construyendo al Hombre Clonado,
el hombre que es hecho en el laboratorio,
que no tiene alma
ni tiene sentimientos,
pero es de gran inteligencia,
el cual prevalecerá posteriormente a la raza humana.

Y en aquellos tiempos,
cuando este hombre ya esté proliferado
en la faz de la Tierra,
los humanos que vayan quedando
volverán a ser esclavos,
y algunos ocupados en segundos servicios.

Pero el hombre no desaparece totalmente,
porque Dios no lo permitirá,
ya que Él le ha prometido al hombre
darle vida en abundancia,
y cuando Él promete algo, siempre lo cumple.

Lo que va a pasar, siempre pasará,
ni Dios lo detiene,
porque si escrito está
Él quiere que se cumpla Su palabra.

Todo, todo termina.
Todo, todo se acaba,
nada es permanente,
sólo Dios y Su palabra
vivirán para siempre.

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