Incongruencias en la boca de un volcán

¿Cuánto tiempo más?
Lloro

Alberto Avilés


Incongruencias en la boca de un volcán

En mi aldea,
una manada de ciegos
sigue a un gran ciego con cencerro.
Las fresas crecen mudas
indiferentes al antojo y a la necesidad.
Cierto algodón parduzco
se rasga en las alturas,
centenas de estrellas me invitan a nadar
en la granola del hiperespacio.
Un par de luces juguetonas
se cruzan bajo las aguas celestes,
una cobija grisácea
me roba el cuarto creciente.

En este ruedo de musgos y cenizas
la ciudad es un escándalo de la mitología.
¿ Qué dirá el volcán
incrustado en el silencio de sus gases ?
Quiero dulcificar la soledad y la tristeza
que oprimen este árbol de fuego.

Desconozco la profundidad de su sangre dorada,
ignoro la esperanza y el gozo
de semejantes olas de miel.

Encarnado en el sigilo de una pantera azul,
con ojos de misericordia y alas cristalinas:
un volcán deambula hacia su muerte,
más allá del límite y la duda.
Su furia llora gloria…
«¡ Juez de la Hermosura !»

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