Anabelle
¡ Qué torpe ridículo hacen con tu nombre ! Abusan de tu naturaleza para justificar el machismo de anaconda y cascabel. Ana, es un nombre intuitivo y singular; si soy padre de una niña, la llamaré: Anita, Ana Fe. Es curioso como el miedo confunde la hipersensibilidad de la cascabel, y la majestuosidad de la anaconda.
Hay variedad de sentencias, una favorita la escuché de labios de mi madre: " Para subir a la cima se debe ser Águila o serpiente."
Y no me es surrealista el maltrato pasado de tus alas, pues te negó la magia china de ser un bellísimo dragón alado; el que no se arrastra si no llora oro con su vientre desangrado en violetas.
¡ Soy !, sólo eso. Mas atrapo tu perfume al restaurar las alas de mi pantera azul.
He pr…
Asombro… quizás
¡ Cuánto disfruto cantarte, cantarle a la ternura de esos ojos, alegres, anhelantes, cubiertos por el cristal !
El Señor es y será nuestra justificación: comulguemos, almas encantadas por Su Amor. Seamos un cuerpo, un nosotros, una misión común.
Resulto un guerrero torpe, mido mis fuerzas con ignorancia y te extraño. ¡ Ven sometámosnos el uno al otro ! ¡ Suframos la gracia de negarnos, darnos y amar !
Mi cóndor no se posará sin el cortejo de dos pavos reales, sin el nuevo día y su rocío de arcoiris.
¿ Reposaré mis entrañas, con su fardo de angustias, sediento por tu lago de piel ?
Quizás, cuando esta, tu mariposa duerma incinerada sobre los carbones te quede su memoria en las manos …
Esposa
Aún no concebimos nuestro primer sol; no hemos multiplicado la alegría y el coraje en la batalla de las sombras.
Murmuro una felicidad sin reducir la conciencia del límite.
El combate por la vida me ha permitido la dicha de este cuerpo y la certeza de nuestra libertad.
Voy
Susurra el viento entre las olas, la luna desnuda su magia y te siento venir.
Percibo en la brisa de sal, tu cintura cobijada de horizonte.
Siento tu cabellera tocándome en el viento, cierro los ojos y te beso.
Viene llegando el alba, tu sed y la mía se confunden, te atraviesa mi ternura y tu ánfora se derrama alegremente.
El sol señala la sombra de la gloria: ...¿ Puedes acompañarme por el Sendero de la Muerte ?
Amanece…
Poco a poco la aurora se dispone a irradiar misericordia.
Las estrellas se esconden una a una, el rocío escarcha y yo sigo dormido.
Pleno de ternura, el sol sube su pestaña como telón azul.
Las aves gritan alegres, los ríos fluyen cadentes y yo sigo dormido.
Aún desconozco las contradicciones y los aciertos que me roban la humildad, los miedos que me quiebran el silencio.
Solo, en una calle sola, con una sola almohada, percibo el sol.
Mas no sé dónde está ella, Dios mío, con su cabello a la cintura y sus pechos húmedos de luz.
¿Amas?
Pequeño cristal de mis ojos: ¿ sufres ?
¿ Quién te dijo que se toma un aroma y se conserva en un frasco de pastillas ? ¿ A quién amas ?: A una estrella que se vistió de púrpura o a la sombra de la imperfección ?
¡ Mírate las manos y espera el absoluto en ellas ! Le llamarás por su nombre y el vendrá a ti con un bautismo de fuego. No llores, no vale la pena, Él deambula por mis venas, soy tu conciencia.
Este papel no lo escribe un hombre de huesos secos y corazón helado. ¡ Tócame y verás que ninguna palabra se la lleva el viento ! Yo soy, quien clama con ternura y rayo: ¿ Sufres ? ...¡ Ama !
¡ No te escondas, siempre amo más allá del límite!
María del Sol
Hechicera de mis sueños: ¡ abrázame y bésame !, me incomoda el frío de mi gente y las nubes lloran hielo.
¿ Entre qué miedo y qué herida se sublima tu coraje ?
Mi fiera: ¡ regálame un zarpazo de ternura !, mi verdad se cobija solitaria y me ahogo en este océano de peces egoístas.
¡ Siénteme en silencio ! ¡ El planeta está a oscuras y no soporto esta ceguera de caricias, ni esta angustia de amar !
Nos…
Bajo las algas de tu cielo, reposo sobre mi lecho de musgo; recorro eternamente los poros y el rostro de tu luna nueva.
Deshojo una rosa negra sobre tu piel de marfil: los vellos se enfurecen contra el viento.
Las caricias vuelan como ángeles... y tiembla en tu catedral, tu sonrisa satisfecha.
(sin título)
Deseo el alba tibia de tu alma de arcilla.
Añoro la audacia de unos labios silenciosos.
Restauro el ser oculto en el espejo y la impotencia.
Peregrino entre el ruido y la desesperanza tras la huella de la plenitud.
Descubro tus ojos en la selva, bebo agua del manantial, y levanto el sol hasta tus manos.
¡ Nacimos para procrear estrellas: felinos arañarando la tierra !