Entre los agujeros de la noche corren las olas del tiempo.
Una avecilla juega, los siglos rompen uno a uno sobre la espuma y la arena, la pequeña encuentra su alimento.
Observo la puerta al otro lado de los sueños, la paz del arado surca la añoranza de Tu rostro.
Una rosa de agua me conduce al río inmenso, la cruz se me pierde sobre el pecho y te encuentro:
...bautizando con Tu alondra de fuego.