Una gota de luz se desprende... El plasma espeso no perdona su majestad al desplazarse; los hijos del sol se consolidan, las órbitas se fijan con dolor.
El magma de la tierra se enfría, la gota besa el sol, penetra silencioso... el vientre de una mujer. Nueve lunas después, la criatura estelar descubre nuestra realidad y el sufrimiento.
Carga la Verdad en sus manos, la paz en su mirada, la justicia como flor.
Obedeciendo con amor nuestro Padre, muere miserable. La plenitud parpadea, sus hermanos lloran ignorantes y no es hallado.
Magdalena le encuentra, la creación baila el calipso de la Gloria, las estrellas disfrutan como migajas en leche.
Se desintegra la frontera de la muerte y la vida: …