¿Cuánto tiempo más?
Sangro
Alberto Avilés
Asombro… quizás
¡ Cuánto disfruto cantarte,
cantarle a la ternura de esos ojos,
alegres, anhelantes, cubiertos por el cristal !
El Señor es y será nuestra justificación:
comulguemos,
almas encantadas por Su Amor.
Seamos un cuerpo,
un nosotros,
una misión común.
Resulto un guerrero torpe,
mido mis fuerzas con ignorancia
y te extraño.
¡ Ven sometámosnos el uno al otro !
¡ Suframos la gracia de negarnos,
darnos y amar !
Mi cóndor no se posará
sin el cortejo de dos pavos reales,
sin el nuevo día
y su rocío de arcoiris.
¿ Reposaré mis entrañas,
con su fardo de angustias,
sediento por tu lago de piel ?
Quizás, cuando esta, tu mariposa
duerma incinerada sobre los carbones
te quede su memoria en las manos
y este aroma…