En este mismo momento
estoy cimbreando del impacto.
Han querido estafarme por internet
y montaron una impecable trama.
Casi, casi lo logran.
$450 no es tanto, pero cuentan en mi economía.
Por dicha mi hija me advirtió
y me puse vivo.
Y yo que pensaba que conmigo no hay tu tía.
Me libré por un pelito.
No lo lograron
pero de todas maneras,
por ingenuo,
me siento derrotado.
No me queda más que irme al Llamarón,
la vieja cantina del pueblo,
a beber mi frustración.
