Con el destino en la frente y el corazón en los ojos avanza mi pantera. Su sed la conduce sobre los témpanos de orgullo al nido del Dragón.
La Bestia se embrutece en su inmundicia, la incongurencia crece como espuma en el fondo de la satisfacción del "yo".
Camina mi pantera con el sol en su cola; el ayuno afila su realeza, las montañas se ocultan al final de la línea, los cactus lloran paz, la Verdad posee Su Nombre. Se diluyen la fuerza y el poder de la limitación, Palabra persevera, irradia gratitud y el sarcasmo ya no vuelve a sonreír.
Serena y sigilosa, entra el felino en el cofre de la vida, bebe agua del manantial eterno y se sumerge. La luna muestra su gracia con ternura, como cadáver próximo a resucitar.
El rayo del Am…